Conectaron con la casa de Miguel Delibes pocos minutos después de su muerte. El enviado especial relató que ya se habían llevado el cadever del escritor en una silla de ruedas, que lo habían bajado por el ascensor. No sé, la imagen ésta de Lluvia de estrellas: el cadaver de Delibes en una silla de ruedas, desapareciendo detrás de las puertas de un ascensor que se cierra... es la imagen con la que me quedo, mi pequeña imagen de Delibes, mi pequeña imagen de la muerte también.
También me quedo con el comentario de Carles Francino "No quiero pecar de cursi, pero que el día en que muere Miguel Delibes sea un día en el que la nieve está cayendo sobre Valladolid, podríamos decir que conforma una postal que también es bonita ¿no?" Ese embutido soltó Francino.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Pecó de todo. Ah, el peso del calificativo...
ResponderEliminarPor cierto, simpre había visto algo extraño en los ascensores...Esa cajita, con sus puertas que son mucho más de irse que de llegar.
"Hoy, más que el dia de la mujer, para muchos será el dia de la madre. De la madre que parió a los de FECSA".
ResponderEliminarCarles Francino 08/03/10
Va soltando mortadelas, ¿ah?
Las va regalando.
Mortadelas rancias. Mortadela de esa para los niños, ésa que tiene la cara de Mickey mouse, que debe estar hecha con todos los recortes del cerdo, con toda la mierda que sobra.
ResponderEliminarY en otro orden de cosas: a qué viene esa aclaración, eh? por qué has pasado de seguir viva, de ser una abuela viva, a desentenderte de esta forma? como si no fuera contigo, como si fuera cosa del blog, sin más?
Ostrás Esther, debo reconocer que sabes poner bien el capote, eh? sabes hacer que entre a trapo. Bueno, es que no soy una abuela, llevaba tiempo sientiéndome culpable por no estar siendo totalmente sincero con vosotros, chicos. Así que he decidido llevarme a la abuela en un plano más conceptual, más al mundo de las ideas, al mundo de los muertos, efectivamente. Ella ahora nos habla desde allí.
ResponderEliminarNo sabía que hubiera una abuela bloguera anterior, una real, y previa, pero veo por lo que dices (y en gúguel) que la hubo y murió en 2006. Lo cierto es que me incorporé hace un par de años a esto de internet sin haberle hecho ningún caso antes, de ahí que no la conociera.
ResponderEliminarQuiero decir: creía que el título era un giro extraño, algo que no había que tratar de interpretar al pie de la letra, uno de esos juegos de contrastes, de juntar cosas muy separadas (el macarra en misa, el mendigo del éxito, todo eso)
No sé, yo lo veo muy coherente, no me he sentido engañado ni nada.
(léase muy serio, con voz cálida y mucha franqueza en la entonación)
También fue emotivo, entrañable, depositar entre las manos del difunto, una perdiz disecada. (Lo hizo uno de los empleados de la funeraria, pero sólo durante el trayecto en el ascensor. Al salir al portal se la quitó y volvió a guardarla en una mochila que llevaba preparada al efecto).
ResponderEliminarNo voy a sacarle jugo a la metáfora taurina, sólo te diré que este supuesto arranque de sinceridad no me cuadra. Nosotros YA SABÍAMOS que no eres una abuela. Dime, por qué esta innecesaria confesión de mesa camilla con mantel de ganchillo? por qué esta abuela de cuarto milenio?
ResponderEliminarNo cuadra este movimiento de la abuela, hay algo raro detrás de todo ésto, algo no encaja. Huela muy mal este asunto.
ResponderEliminar