Las bromas de calidad se distinguen de las otras en que el embromador jamás conoce la reacción del embromado, sólo la imagina. La broma que plantea la Abuela es de calidad. Sí. Esa muchacha esforzada uummpfff uummppff tratando de relajar las contracturas que ocupan todo el cuerpo de su silencioso cliente mientras sus compañeros se encuentran en el cine.
No es la primera vez que le gastan una broma pesada, como aquella vez que le pusieron a una persona lisa, sin cara, ni cogote, ni ralla del culo, y se tiró dos horas dando vueltas a ese cuerpo, buscándole la espalda para iniciar el masaje.
Las bromas de calidad se distinguen de las otras en que el embromador jamás conoce la reacción del embromado, sólo la imagina. La broma que plantea la Abuela es de calidad. Sí. Esa muchacha esforzada uummpfff uummppff tratando de relajar las contracturas que ocupan todo el cuerpo de su silencioso cliente mientras sus compañeros se encuentran en el cine.
ResponderEliminarJAJAJA "¡Aish! como son, ¿ah? Me la han vuelto a jugar".
ResponderEliminarQué cabrones.
ResponderEliminarCómo titulas las entradas del blog, abuela. Soy muy fan. De lo tuyo, en general.
ResponderEliminarPues a mí un masaje me resucitaría ahora mismo...
ResponderEliminarNo es la primera vez que le gastan una broma pesada, como aquella vez que le pusieron a una persona lisa, sin cara, ni cogote, ni ralla del culo, y se tiró dos horas dando vueltas a ese cuerpo, buscándole la espalda para iniciar el masaje.
ResponderEliminarO a lo mejor no fue ella, fue a otra.