Bueno, el mezquino que, siempre que atraviesa la calle, espera a que haya otros peatones y, haciendo un quiebro, se mete por el lado para que los otros le hagan de hipotético parachoques en un eventual atropello.
Hay muchos mezquinos así, fijaos cuando crucéis los pasos de peatones, mirad como se os cuelan por el lado y os dejan ahí, al descubierto, en pelotas. Vuestros cuerpecitos blandos a merced de esas moles de hojalata.
Esa gente está pensando en ésto:
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No me sorprende tanto su mezquindad como la habilidad del conductor en su imaginación.
ResponderEliminarAbuela, mañana, el té con pastas, con GA-LLE-TAS (la confunde a posta el muy imbécil).
Maquiavelooooooooooooorl
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