10/27/2009

la maldad

Fui de excursión por el campo este fin de semana, el sábado por la mañana, cuando la maldad duerme.

Todo muy sano y muy agradable, muy positivo: personas en bici, a caballo, a pie... Gente que no se había emborrachado y drogado horas antes, personas decentes, familias felices.

Nada puede quedar más lejos de la corrosión, pensaba yo.

Pero la maldad… la maldad no duerme, no descansa, siempre encuentra un resquicio, siempre puede hacer acto de presencia. Nunca estás a salvo, no te confíes, no te duermas en los laureles.

La maldad:

Un padre, en bici, pero no en una bici normal, una bici adaptada para llevar al hijo detrás, anexado. Se trata de un suplemento que se coloca en la parte trasera. Es una barra, con una rueda, un sillín y unos pedales, que hace que la bicicleta parezca doble.




Pasaron por mi lado y me adelantaron. Me llamó la atención la fuerza con la que el hijo, de unos ocho años, pedaleaba. Lo hacía con mucho ímpetu, con mucha ilusión, con un gesto realmente épico. El niño lo estaba dando todo.

Pero el invento era un truco, un engaño, una mentira muy desalmada, porque los pedales del chaval no llevaban cadena, así que su esfuerzo, todo ese desgaste, no servía para nada. El niño pedaleaba muy fuerte, pero toda esa pasión era en balde, se perdía en el vacío.

Muy poca vergüenza el padre, realmente.

Pero lo peor, el detalle verdaderamente rastrero, vino cuando este individuo infecto, en plena subida, le soltó a su hijo: “Vinga Joan, ajuda al pare, ajuda al pare

"Ajuda al pare" el muy cabrón. Puto loco. Que perturbado. Ahí, metiéndole una presión muy fuerte al hijo “Tu padre necesita tu ayuda, hijo, no puedes fallarle ahora, no puedes dejarle tirado en esta cuesta, todo depende de ti ahora, ayuda a tu padre,  Joan, ayúdale, no le falles”

Y el niño muy rojo, que la garganta le sabía ya a sangre del esfuerzo joder, sentía que no podía fallarle a su padre, que si no se dejaba el alma en esa cuesta su padre dejaría de quererle y viviría el resto de su vida con el peso de la culpa...

Pero que padre más hijo de puta.

3 comentarios:

  1. El Gran Insultador9:26

    Ni siquiera yo encuentro el insulto para ese padre.

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  2. Anónimo10:29

    O_o no me lo puedo creer... el domingo por la tarde (recuerda que yo si me emborracho y me drogo) vi exactamente la misma escena en Barcelona!

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  3. Madre mía....que intervenga asuntos sociales

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