A la familia le pareció divertido quedarse en el coche durante el trayecto por el túnel de lavado.
Al acabar, al salir a la luz, en el asiento de atrás, al niño le sangraba la cara como si todas las cerdas de plástico del aquellos enormes cilindros-cepillo le hubieran arrancado la piel a trozos, como si toda equella orgía de detergente le hubiera derretido la carne.
Lucía los mofletes completamente desgarrados y se le adivinaba el cráneo tras la frente, su cara era un vómito de sangre, pero olía muy bien a jabón.
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esta mierda ni tiene gracia ni sentido.
ResponderEliminaréchale un ojo a este blog, lo intenta y lo consigue:
http://hongosblog.blogspot.com/
S.
Las obsesiones clásicas de la abuela, el horror con olor a jabón. A la abuela le debieron de dar un buen susto con un animal muerto y un bote de colonia cuando rondaba los 4 años.
ResponderEliminarPosible Holocausto también, Miguel.
ResponderEliminarHay que joderse con los anónimoS.
ResponderEliminarHay que joderse con nosotros
ResponderEliminarHoy es un día de Bravo. De Agustín Bravo.
ResponderEliminarPor cierto, menuda marranada hacerse un Ruiz Gallardón con el dibujo de la mano.
Representó un gran consuelo para familiares y deudos. No se hablaba más que del extraordinario olor a jabón (hasta lo comentaban con risitas.)
ResponderEliminarEstos pijos con descapotables...
ResponderEliminarPor cierto, muy bueno el blog. ¡Enhorabuena!
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