Estás en el metro y se te sienta al lado alguien que huele mal.
Te gustaría levantarte e irte pero quizás sería violento.
Al reprimir el deseo de alejarte generas una energía tan poderosa que, ajeno totalmente a tu conciencia,
se te parten las piernas por encima de las rodillas. El cuerpo cede a la resistencia de tu voluntad en un acto reflejo. Se fuga de ti.
No se rompe el hueso, se desencaja en dos piezas. Muy doloroso.
5/19/2010
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Y lo titula "clac" para que quede simpático e interesante.
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