Entrar en la abuela. Entrar en la abuela cada día, eso es lo que quería provocar: un acto de casi necrofilia.
Quizás a partir de ahora no publico tan a menudo, quizás la abuela no se os insinúa con la misma frecuencia, noto que falta un poquito de pasión, que hemos perdido un poquito de picante. No siento, quizás, tanto como antes, ese puntito subidito.
La lengua pillina de la abuela ya no acaricia sus labios, ya no me guiña el ojo como antes.
POR DIOS, QUÉ COÑO DE IMAGEN: LA ABUELA PICANTE
Un besito a todos. Guapos. Ay, ja, ja.
Picardía, la palabra “picardía”. ¡“UN PICARDIAS”! Menudos mofletes borrachines se me ponen con esta palabra.
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Actualiza con la misma frecuencia , cabroncete, que te acabo de descubrir.
ResponderEliminar¿A que quema?, ¿a que actualizar a diario es como trabajar asfaltando una autopista en el desierto de Sonora? ¿a que es absurdo que algo así queme tanto? pero lo hace, queman más que la carcel, los blogs.
ResponderEliminarVaya hombre. Ahora que acababa de conocerla, Abuela. Entraré cada día a visitarla de todas formas.
ResponderEliminarVaya, vaya, Abuelita... la encuentro a Ud. últimamente no ya quejicosa sino quejicosilla, y más que picante, amenazadorcita. Como dice el sr. Noguera esto del blog quema, es como atarte al tobillo una de esas bolas con cadena de presidiario de tebeo.
ResponderEliminarDosifique sin problemas.
Pero no dé suspiritos, Abuela.
:-)
tweet or twee?
ResponderEliminarla abuela es una perra lasciva
Anónimo dijo...
ResponderEliminarActualiza con la misma frecuencia , cabroncete, que te acabo de descubrir.
QUÉ ES ÉSO?
Vamos, abuela... póngase en pie, que aún no es su hora. Sus nietos la esperan impacientes en el patio
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