Vas por la calle y un mendigo demacrado y sucio, que huele muy mal, se te acerca, te coge fortísimo del brazo y, con un aliento muy fuerte a vino barato, te susurra que, si te lo propones, con esfuerzo, puedes conseguir cualquier cosa en la vida, que todo es posible, todo.
Y esta es la historia que la abuela me había pedido que os explicara hoy: un mensaje de éxito en boca de la viva imagen del fracaso. La épica, pero de la mano del aroma de un don simón revenido.
¿Quién creéis que tiene la razón? ¿El mendigo o la abuela?
¿O la tengo yo quizás?
¿O tú?
2/24/2010
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¿Cual es el mensaje de la abuela? ¿el del mendigo? ¿el contrario? ¿el que se extrae como la moraleja de la fábula del mendigo?...Son los problemas de los metalenguajes en un post
ResponderEliminarVaya, vaya, parece que la Abuela ya no mantiene trato directo con su público, que utiliza un portavoz. Hace bien. No es bueno mezclarse con la chusma lenguaraz y atrevida. Que se pringue EL OTRO.
ResponderEliminarEl mendigo tiene razón: con tesón y esfuerzo, todas las metas propuestas son alcanzables. El ejemplo vivo es el propio mendigo; él lo consiguió. ¿O es que acaso es fácil llegar a ser un mendigo de tintorro en brick y hacer profesión de esta vida? En absoluto. Sólo un mendigo puede dar (está habilitado, lo asiste la razón) esta clase de consejos.
La abuela no debería utilizarte para lanzar éste tipo de falsos mensajes.
ResponderEliminarLa abuela le manda los textos con la actualización de cada día a un crío de seis años, en unos pergaminos con un sello de lacre con la silueta de un dragón masturbándose con sus alas doradas. El pobre vive horrorizado.
ResponderEliminarEn el post de aquel socorro con la boca pequeña podíamos apreciarlo en todo su esplendor.