¿Lo véis? No se ve nada. Joder. Bueno, os lo explico:
Es un tío tocando en la calle, la batería, una batería que es medio bici-medio batería.
El chico quería una bicicleta, y, ni corto ni perezoso, cogió su batería y se puso a tocar en la calle. Con el dinero que ha ido sacando, ha ido transformándola en la bici soñada.
De momento lleva las ruedas y alguna cosita más. Ja, ja, cada vez le costará más tocar porque cada vez la batería será más una bici, cada vez sonará peor, y la gente le dará menos dinero, y cada vez le costará más avanzar en la transformación, y cada vez que avance más dificil le será seguir haciéndolo. Arf, que ansiedad: cuanto más cerca del sueño, más lejos de él, ja, ja ja.
Estamos ante una curva asimptotica, lo véis ¿no? Sólo llegaremos al objetivo en un punto en el infinito, y así, aunque nunca dejamos de acercarnos a él, cada vez lo hacemos en menor medida, y la meta está siempre igual de lejos, en el puto infinito.
¿Y si fuera al revés? El chaval tenía una bici y quería convertirla en una batería ¿empezó tocando una bici? Ja ja, Eso es imposible, es MATEMATICAMENTE IMPOSIBLE.
fuff... has pegado muy fuerte ahí. pobre chaval. eres un truncador de sueños
ResponderEliminarQUÉ COÑO? existe esa palabra?
Pse... y igual al final lo que en realidad quería era un trineo y ahora esta inmerso en una pesadilla de bricolaje mal entendido. La infelicidad acecha por todas partes
ResponderEliminar¿por qué es matemáticamente imposible que partiese de tocar la bici, porque quería una batería?. Hay espectáculos basados en tocar con baquetas los más insólitos objetos.
ResponderEliminarMe lo explique desde su sabiduría, abuela.
Es un poco como lo de esos fakires que se comen una bicicleta a pedacitos, para lo cual invierten años. Convierten la bicicleta en nada.
ResponderEliminarEl binomio bicicleta/batería es perfecto. Ir sustituyendo elementos con esfuerzo, con imaginación, pero sobre todo con SERIEDAD. ¿Qué tal convertir una bicicleta en un máquina fotocopiadora, Abuela, o mejor aún, lo contrario?
Qué mal rollo, parece el zombie de Marco Pantani, que quiere seguir la fiesta.
ResponderEliminarEse artefacto es su ROSEBUD particular.
ResponderEliminar"El zombie de Pantani" y "Digerir una bici hasta convertirla en NADA".
Vaya 2 maravillosas perlas complementarias al post.
La foto hecha desde el otro extremo de la plaza. La abuela quiere que nos fijemos también en esas baldosas, que no tienen nada de extraño. Joder.
ResponderEliminarLa abuela se caga en el motivo principal de la foto. Bien podría hablarnos también de aquel autobus al fondo, ¿no? Del conductor por ejemplo. Basta ya, abuela.
Fdo: El opositor.
Las baldosas no, la alargada sombra malefica del invento, da puto miedo.
ResponderEliminar¿Nadie ha reparado en la sombra? Era el bonus track que os había dejado ahí, el material extra para vuestros comentarios, nieve virgen que estaba a vuestra disposición.
No lo habéis querido usar, y, sin embargo, los comentarios han estado muy, pero que muy, bien. Feliciades.