Quería enseñaros mi granja. En ella vemos como las ovejitas y los cerditos se comen el culo unos a otros.
Un reno y una cabra se lo miran sonriendo. No con una mirada lasciva, más bien con una mirada tierna, de papá y mamá siendo comprensivos ante las travesuras de sus hijos.
El pato mira a la cabra y al reno, orgulloso, por que él lo ha organizado todo, por que la bacanal es obra suya, parece decir "os gusta ¿verdad?" El pato es un picaro ¿no? Más vale darle la razón porque detrás tiene una especie de ejército de gansos con muy malas pulgas.
Y hay más cositas.
Tu quoque? Menos mal que lo conviertes en perversión en la granja. Me imagino a Orwel jugando a esto, sin escribir la novela.
ResponderEliminarSí Fleischman, yo también, uf, que vergüenza.
ResponderEliminarHay un tramo de "fence" que esta a punto de mutar ¿no?, es el tramo resaltado con un ribete naranja, como queriendo decir: "alerta, este ítem se va a poner a parpadear, va a entrar en la disyuntiva presencia-ausencia" o "esto es lo que has seleccionado, ¿qué quieres hacer ahora con ello?".
ResponderEliminarLa gallina. Resulta curioso que a pesar de su fama de libidinosas, la de esta granja parece estar aterrorizada.
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