ese "yo, con mi café, soy el maniquí de los desayunos solitarios y tú, por la calle, eres un monito de zoo sobre el que reflexionar". Si ésto ya es incómodo de por sí, lo último es hacerlo, fijaos, sin un vidrio en medio, sin protección, sin nada que separe los dos mundos, sin nada que dé un poco de estructura a la situación, que evite que sólo haya una realidad.
Pasa a ser todo el mismo aire y eso no puede ser.
Esa mujer de la foto se merece que un peatón cualquiera le interrumpa lo que coño sea que esté haciendo y le destroce la cara de un buen mandoble, y que luego siga caminado tranquilo. Eso se merece.
La abuela ha perdido definitivamente los papeles con esto último.
http://www.youtube.com/watch?v=tjdDgOYJgGw
ResponderEliminarEs un notable ejercicio de exhibicionismo, de soberbia. De una total impudicia. ¡Y tiene un micrófono acoplado a unos altavoces, Abuela! ¡escuchamos su masticar, su formar un bolo alimenticio, su deglutir! grfsh grfsh grfsh.
ResponderEliminarBien por el churretón.
Garabato enérgico de abuela. Ella lo ha visto en persona pero no es hasta que llega a casa, descarga la foto y la cuelga en el post por segunda vez, que le entra ese ataque de ira.
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