Un anciano multimillonario, antes de morir, abre un blog: “testamento blog”.
Deja programadas un número desconocido de entradas para que vayan publicándose de forma totalmente caprichosa a lo largo del tiempo. En ellas se va anunciando a quién deja el viejo cada una de sus propiedades, una a una.
Son muchas pequeñas cosas, muchas minucias: una figurita de porcelana, un mechero de plata, una bata de seda. Caprichitos de rico, mierdecitas de palacete. Cosas financieras también: una acción de una de sus empresas... no sé, cositas así muy pequeñas que no se acaban nunca.
Sus familiares pierden la cabeza visitando “testamento blog” a cada minuto durante años, presos de una adicción malsana.
Desquiciados, la mayoría se suicidan o acaban en el psiquiátrico.
También es verdad que alguno muere por otras cosas que no tienen nada que ver con este asunto.
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¡Reclamo mi bailarina mutilada de porcelana!
ResponderEliminarNo dudo que esta historieta la hubiera firmado con gusto el mismísimo Paul Auster, Abuela.
ResponderEliminarey!! vendes los derechos para hacer una peli? se me ocurre, no sé, ¿"fl@s forw@rd"?
ResponderEliminarBuena táctica para ser el bloguero más leído. Aunque sea a título póstumo.
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