Con ellas acompaña su pose elegantemente, y gracias a ello transmite esa idea de que todo lo que expresa su gesto ha pasado el filtro del examen racional, ha sido revisado desde la intelectualidad, desde el sosiego de una lectura profunda.
Cuando a ese señor la ira le posee, usa las gafas para propinar brutales palizas a sus interlocutores. Les golpea con ellas de una manera muy bestia y desatada. No cambia la forma de cogerlas, siempre por una patilla, con las yemas del índice y pulgar, pero sacude unos golpes muy contundentes, como para partir un ladrillo por la mitad.
Sus dedos demuestran una capacidad de sujeción sobrehumana y las gafas una solidez inusitada. Es capaz de destrozarte el cráneo con ellas.
No parece tan amable ahora
Por ejemplos como éste sigo pensando que Pol Pot hizo muy requete-requete-bien en eliminar a todos los chinos suyos que llevaran gafas.
ResponderEliminarY es que la gente que usa gafas no es de fiar, doña abuela, ¿o acaso Ud. no ha visto a Jaime Peñafiel como blande las suyas? ¡cómo una Parabellum! ¡y con su corbatita!
(Maldito Afflelou y su ridícula campaña de Tchin-Tchin, él tiene la culpa de todo.)
Yo lo que no entiendo es que no te dejen subir a un avión con un tubode pasta de dientes y en cambio todos puedan usar gafas. ¿Es que no han visto "El Padrino III"?
ResponderEliminarSap ¿has visto lo último de Afflelou, lo de dar la mano a los parados? Ese hombre me tiene robado el corazón.
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