8/12/2012

ni siquiera eso

Habían montado el podio apilando unos colchones de muelles.


Los atletas se adelantaban a recibir las medallas caminando patizambos hundiéndose en esa superficie traidora, lidiando con el ligero rebote que los muelles ejercen al levantar los pies.

La idea es mostrar al atleta como un pobre patoso, distorsionar así el ritual que acredita su gloria.

De alguna manera el atletismo premia la solidez: es el concepto que subyace tras todo la perorata olímpica del esfuerzo, la voluntad, el sacrificio, la resistencia, etc. Y bueno, todo ese blandito humillante como recompensa... menuda bromita.

"Quizás tienes un cuerpo y una voluntad de hierro, pero cuando debes lidiar con lo mullidito eres un ser levemente ridículo, ni siquiera estrepitosamente ridículo, ni siquiera eso"



5 comentarios:

  1. Tuno aburido12:22

    Una importante lección de vida

    ResponderEliminar
  2. El ganador estaba tan gordo que al subir al podio quedó igual que el 3º

    ResponderEliminar
  3. el cuñado de otilio20:53

    una chapuza, pero conceptualmente era eso, era eso

    ResponderEliminar
  4. Gordi13:52

    El podio eran unos tanques con agua. Todos estaban realmente a la misma altura, pero el agua les llegaba a distintas partes del cuerpo. Al ganador le llegaba a la altura de los genitales. Agua tibia.

    ResponderEliminar