Me he dado cuanta
de que ella aprovechaba el reflejo de la ventana para mirarme fijamente a los ojos.
Le he aguantado la mirada.
De golpe ella ha puesto una horrible cara de asco.
El metro ha
arrancado y he visto que dejábamos atrás a un hombre que en el andén vomitaba sobre el suelo.
He comprendido
que la chica no me aguantaba la mirada si no que observaba en realidad a ese pobre desgraciado.
La imagen de mi cara desenfocada sobre el cristal enmarcando el vomitar de un pobre gordo.
Pura poesia :)
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